miércoles, 22 de febrero de 2012

capitulo 1


Emilia es una joven gorda y triste. A pesar que tiene 20 años aún no está en la universidad y sigue estudiando en el instituto. Le han quedado unas asignaturas y va a clase en las tardes-noches. Se sienta en su cama. Hace mimitos a su perro, un enorme pastor alemán que se tumba a sus pies. Mira en su mesita de noche. Tiene una foto enmarcada. Un hombre mayor. Se le escapa unas lágrimas.
--siempre te recordaré, papá.
Aún no ha asumido la reciente e inesperada muerte de su padre.
--¡Maldito cáncer que te separó de nosotras para siempre¡ --dice con amargura.
Su padre ha sido el único hombre en su vida pero ahora, de repente, ha entrado otro hombre en su vida. Su diario es el único en que conoce su secreto. Es el único testigo de ese amor que ha nacido sólo en ella y que siente que es imposible. Emilia está segura que un chico tan guapo como en el que se ha fijado nunca se acercaría a ella.
--Si yo fuera tan linda como Adriana… todos la quieren a ella.
Emilia adora a su hermana pero no puede evitar sentir celos de su belleza que trae locos a todos los chicos. Emilia agarra su diario que tiene guardado en su cajón de la mesita. Muy cerca de la foto de su querido padre. Son ahora dos dolores los que tiene en su alma y los dos por un hombre, su padre y su amado. Emilia mira ese diario. En el lomo está escrito en medio de un corazón rojo el nombre LUIS. Acaricia ese nombre que le hace estremecer:
--Mi amado Luis, tú eres mi luz, la razón de mi vida. Sólo tú me das ganas de seguir viviendo, de levantarme por las mañanas. Estos meses sin ti habrían sido terribles y en cambio son los mejores de mi vida.
Aunque ese amor no correspondido, que sólo es algo entre ella y su diario la hace feliz, también la llena de tristeza. Se hace una pregunta:
--¿qué será de mí ahora que acabe el curso?
Emilia se tumba en la cama con su diario y un bolígrafo. Las palabras le salen del alma. Descarga en esas páginas todo ese amor que le gustaría darle a Luis.

6-mayo-1992 (miércoles)
Ayer mi amado Luis no fue a clase pero hoy sí. A mí sólo me tocaba literatura y cuando he llegado al aula he visto como salía la Marta con su amiga. De pronto, detrás de ellas, he visto salir a mi amado Luis. Me he alegrado mucho. Nos hemos saludado. En seguida él se ha ido. Un poco después, mientras esperábamos a la profe, yo estaba dentro y él en el vestíbulo. Desde mi sitio me moría de rabia y dolor como la golfa de la Marta le estaba coqueteando y él se deja. Me ha dado celos ver lo informado que está de la vida de la chica que está con Marta y que no la tenía como amiga de él. ¡es que es amiga de todas menos de mí¡ Cuando ha entrado en el aula me he fijado bien en cómo va vestido. Lleva unos jeans y un jersey de esos que llevan un cocodrilo de marca. Debajo llevaba una camiseta negro. Va sin afeitar. Se siente con la zorra con la que hablaba ¡qué rabia¡
Ha comenzado la clase. La profesora ha hablado del examen, que lo haremos en dos grupos. Con mi suerte seguro que mi amado Luis y yo no coincidimos. Unos minutos más tarde, Luis ha presentado un trabajo oral que tenía pendiente. Todos lo habíamos hecho ya menos él. Tenía muchas ganas de verlo delante de toda la clase para poder mirarlo todo lo que quiera sin que él me diga nada. Lo ha hecho desde su sitio. Bueno, almenos me he dado el lujo de mirarlo bien. Él es tan guapo y tan tierno. Su trabajo ha sido increíble, muy entretenido pero no creo que al pobre le haya hecho gracia que nos hayamos reído tanto de sus expresiones. Pero es que hasta la profe se ha quedado helada de las cosas tan raras e incorrectas que ha dicho. Era genial ver como mi Luis movía las manos y se alborotaba tratando de hacer entender sus frases que la profe ha definido como bastante inteligibles. Él no se deja convencer demasiado de que lo que estaba diciendo era incorrecto.
--bien, di lo que quieras que si te corrijo encima te peleas conmigo –profe.
--No, dime que tengo que decir –Luis resignado.
Es tan lindo¡ La profesora lo ha dejado por imposible y él ha continuado.
--¡qué cosas dices¡ ¡¡es para apuntarlas¡ --profesora.
Muchas veces, en su explicación, él le preguntaba a la profe:
--¿me entiendes?
--son ellos los que te tienen que entender –profe.
La profe, al final, le ha dicho que no le ha gustado su trabajo.
--¿porqué? –Luis.
Realmente a mí sí me ha gustado. Es tan tierno, seguro que estaba muy nervioso.
Acabando la clase, aún comentaba que la profe no tenía razón, que no lo había hecho mal. Sus amigos no le han dicho nada.
Me encanta todo lo que hace. Cuando ha entrado en clase ha visto que una estaba entregando un trabajo. Lo ha mirado con cara de no saber de qué va. Normal ya que no estuvo en la clase en la que la profe nos puse esa tarea. Me ha hecho mucha gracia como hablando con sus amigos ha dicho: “me cago en tó” Me ha parecido divertido ya que nunca lo había escuchado hablar así.
Yo me he ido a casa. No lo he vuelto a ver. He visto a Marta que se iba a casa sola. Menos mal, con eso que son vecinos se la pasa pegada a él. Pero es que Luis es especial. Yo lo amo tanto. Sólo saludarlo ya me hace feliz, me llena de amor. No necesito nada más pero claro si pudiera pasar algo… pero ya sé que eso es algo imposible”




















En ese mismo momento, Luis y la amiga de Marta están desnudos en la cama. Muy satisfechos.
--Supongo que no me harás lo mismo que con Marta –le reclama ella.
--Yo no tengo nada con Marta, sólo somos amigos.
--La desvirgaste y no has querido volver a saber de ella.
Luis salta de la cama. Agarra sus calzoncillos.
--Yo soy libre. Raquel, eso no lo olvides.
--pero ella está enamorada de ti. No se vale que juegues con sus sentimientos.
Luis se abrocha los jeans.
--Yo no juego con nadie y si no te gusta ¿qué haces aquí conmigo?
Raquel se levanta desnuda. Le acaricia el torso.
--es que me gustas mucho.
Lo besa. Él se aparta de ella.
--Tengo prisa y no me gusta que me apures.
Luis se va de la habitación.
--No le digas nada de esto a Marta.
Luis le sonríe pícaro y no le dice nada.

Luis llega a su casa. Está a punto de entrar. Marta sale con una bolsa de basura. Viven en el mismo rellano. Ella se muere de celos al saber que llega en ese momento cuando es consciente que no tiene clase.
--de dónde vienes?
--Qué te importa.
Luis es brusco. Mete la llave en su puerta. Marta se pega a él estremecida.

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