miércoles, 22 de febrero de 2012

Capitulo 6





Es Jueves. Emilia está en el instituto. Espera en el aula para hacer griego. La mayoría de su grupo hace matemáticas, entre ellos Luis. Se ha enterado que están eligiendo la fecha para el último examen de matemáticas. El que sea el último es algo que la pone triste porque le recuerda que se acerca el final del curso. Siente que su corazón da un salto al verlo llegar pero se muere de dolor al verlo junto a Marta.
--¡es que esa golfa no se le quita de encima¡ --piensa.
Luis ríe mucho y no se da cuenta que cerca de ahí lo está mirando esa gordita que se muere de amor y dolor por él. No se saludan y eso es algo que a Emilia le causa un gran dolor. Entra en el aula muy triste. La indiferencia de su amado es algo que la consume por dentro. Emilia está muy triste y, con el corazón roto, se va después de la clase siguiente. Está muy decaída. Ama a Luis pero le duele demasiado no tenerlo. No ser nada en su vida.

A la siguiente clase, Luis va al lavabo. Juan se acerca a él.
--¡Luis¡
Jose está saliendo del lavabo en ese momento. Se excita al ver a esos dos guapos juntos. Luis se muestra amable con Juan. Juan le pone las manos en los hombros.
--¿vas al lavabo?
--si claro…
--Pues voy contigo.
Entran los dos juntos. Jose se pone cachondo al ver a esos dos guapos yendo al lavabo juntos.
--¿y estos qué van a hacer?¿o es que necesitan que el otro le vea la verga para mear más a gusto? –piensa Jose.
Le da rabia que esos dos guapos estén dentro y él no. Le excita pensar que puedan estar haciendo otra cosa. Los amigos salen juntos al poco rato.
--¿es que Juan quería hablar con él o sólo vérsela? –piensa Jose cachondo.
Los dos son muy guapos pero se fija más en Luis. Juan no le dice nada. Luis sí lo saluda al encontrárselo cara a cara. Jose seguía en la puerta. Le gusta tener el rostro de su guapo compañero tan cerca.


Y llega el viernes. Para la mayoría es el día mágico pero no para Emilia que sabe que se tendrá que enfrentar a dos días en los que no verá a su amado y lo peor que es ya la última semana del curso. Emilia y Luis tienen un examen. Sólo coinciden en el momento de hacerlo. Emilia se centra más en mirarlo a él que en su examen. Está muy enamorada. Luis es muy guapo y tierno. Le gusta como es. Como se mueve. Es bastante inquieto. Siempre mueve mucho las manos, la cabeza. Durante el examen la hace sufrir porque se ha hecho daño en el hombro y le molesta porque estaba todo el rato poniéndose la mano por debajo de la camiseta dándose masajes. A Emilia le gustaría estar a su lado.
--como te amo –dice ella para si.
A la joven gordita le duele que ni se saluden, que él se vaya y ella se quede sola. En la noche va a pasear con Pincho en la plaza que hay enfrente del domicilio de Luis. Tiene la ilusión de coincidir algún día con él. A quien ve es a Carlos. Lo ve haciendo el tonto con un amigo. Es guapo y a Emilia le hace gracia verlo porque se parece a él. Tiene claro que Luis es el amor de su vida y que no quiere tener nada con otro hombre pero dado el gran parecido que hay entre los dos hermanos la idea de tener algo con Carlos no le parece tan mal. Sería un premio de consolación.
--Seguro que no se parecen sólo físicamente --dice.

Llega el fin de semana. Emilia sólo sale de su casa para pasear a su perro. Cerca han montado sólo ese sábado un puesto de venta de libros. Emilia se acerca con su perro. Ve a Luis. Siente que el corazón le va más deprisa. Se coloca detrás de él. Está muy emocionada esperando el momento más adecuando para saludarlo. Luis se muestra muy interesado en un libro para al ver el precio pone mala cara y lo deja. Luego se da cuenta que Emilia está a su lado.
--hey, hola –dice él.
Luis se va. Emilia se queda muy contenta. Lo ve irse excitada. Suspira enamorada.
--¡que bueno está¡ --dice para sí.
Luis le parece adorable, guapísimo, lindo.
--nadie lo supera en belleza tanto externa como interna. Sin dudar agarra ese libro. Es caro pero tiene se lo puede permitir.
--me lo guarda cinco minutos que ahora vengo a por él?
Emilia está muy agitada.

Ese lunes, Carlos llega a casa. Luis sale de la habitación en calzoncillos y una camiseta. Carlos le entrega un paquete.
-Oye han dejado esto para ti. Supongo que debe ser de tu admiradora secreta. ¿No se cansa de mandar cartas y regalos anónimos? ¿Este regalo también me lo podré quedar?
Luis abre el paquete sin muchas ganas. Se sorprende al ver que es el libro que quería. Sin un nombre, sin una carta. Luis no esperaba ese regalo.
--¿no es el libro que quería tu novia?
Luis se siente algo incómodo con el regalo.
--Juana no es mi novia.
--pero ese es el libro no?
--así es.
--¡cómo te aprovechas de la gorda porque también te lo manda ella, ¿verdad?
A Luis no le gusta hablar de ese tema.
--no me consta que sea ella.
--Pero me dijiste que estabas seguro que ella es la que te mandaba las cartas, los regalos, que no podía ser otra.
A Carlos le da mucha rabia que su hermano tenga una admiradora secreta y sólo el que sea gorda pues hace que se pueda reír de su hermano. A Luis le gustaría pensar que no es Emilia pero nadie más sabía que él quería ese libro.
--¿la gorda cómo sabía que querías ese libro?
--me vio el otro día, lo tenía en la mano.
Luis se siente algo incómodo. Carlos se burla de él.
--¡qué descaro el de esa gorda¡ ¡¡debe pensar que te le vas a abrir de piernas sólo por eso¡
--Yo no me voy a vender por un libro. No creo que ella sea así.
--Pero sí esperas que Juana se te abra de piernas por ese libro ¿no?
Luis pone cara de pícaro.
--Juana quiere que sea su novio, sí pensé que con el libro… tal vez… Pero bueno. No lo voy a aceptar.
--¿y cómo se lo vas a devolver a la gorda?
Carlos en el fondo siente celos de que su hermano tenga a alguien que esté tan pendiente de él, de complacerlo aunque sea gorda.

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